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El Gran Wyoming, al Vaticano: "No creo que se derrote al coronavirus rezando"

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“Me gustaría hacer una reflexión sobre el papel de la Iglesia esta Semana Santa, porque el Vaticano se ha limitado a rezar y son muchos los que se preguntan si no podría hacer algo más, teniendo en cuenta que es uno de los estados más ricos del mundo. Porque en estos momentos parece que lo que no está enfermo es el arma, sino el cuerpo. Y francamente, no creo que se derrote al coronavirus rezando, aunque no me hagáis mucho caso porque yo no tengo ni idea”. 

Es el monólogo de El Gran Wyoming este jueves en El Intermedio ante una Semana Santa atípica y en la que los españoles se encuentran confinados en sus casas. El cómico y médico presentador el programa de laSexta, se pregunta cuál es el papel de la Iglesia estos días y ha pedido una mayor implicación (“teniendo en en cuenta el dinero que tienen”) en la lucha contra el coronavirus, ya que los rezos no son muy efectivos. 

Eso sí, Wyoming ha recordado lo raro de esta Semana Santa: “No hay caravanas a la salida, ni vacaciones, ni desplazamientos a segundas residencias ni nada de nada” y ha alabado a la ciudadanía española: “Estamos cumpliendo los preceptos mejor que nunca”.


A Rocío Monasterio la están llamando "roja comunista" por este tuit: sí, es su cuenta verdadera

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Rocío Monasterio.

Rocío Monasterio, líder de Vox en Madrid, se ha convertido en trending topic este viernes por un sorprendente tuit que publicó horas antes y que ha provocado que muchos usuarios hayan tenido que comprobar varias veces que procedía realmente de su cuenta verificada.

En su mensaje, la dirigente de la formación ultraderechista aseguraba que es “un insulto” que alguien del PP le reproche al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “falta de anticipación” en la crisis del coronavirus.

“Quizás se han olvidado de que gobiernan en la Comunidad de Madrid con competencias de Sanidad para comprar material, limitar eventos multitudinarios, incluso confinar poblaciones”, añadía.

La sorpresa con el mensaje ha sido generalizada porque es la primera vez que un dirigente de Vox defiende mínimamente a Sánchez y porque el PP gobierna en la Comunidad gracias al apoyo del partido de Santiago Abascal.

Ante el tuit, un usuario replicó: ”¿Acaso manejaban la misma información?”. Y la propia Monasterio contestó rápidamente: “La información de contagios, propagación, focos y transmisión comunitaria salía de los hospitales a las Consejerías de Sanidad de las comunidades autónomas”.

Entre quienes respondieron a la dirigente de Vox está Tania Sánchez, diputada de Más Madrid en la Asamblea de Madrid.

El tuit ha provocado que incluso algún usuario haya calificado a Monasterio de “vendida roja comunista”. Además ha generado reacciones como estas:

¿Eres autónomo? Estas son las medidas que aprueba hoy el Gobierno para ti

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El Gobierno habilitará este viernes en un Consejo de Ministros extraordinario una segunda línea de avales públicos, de otros 20.000 millones de euros, con el fin de garantizar la liquidez al tejido productivo ante la emergencia de la crisis del coronavirus, y que estará reservada íntegramente a pymes y autónomos.

Durante su intervención ante el Pleno del Congreso, al que acudió para solicitar la prórroga de la vigencia del estado de alarma hasta el próximo 26 de abril, Sánchez admitió que espera que más de 1,3 millones de autónomos y empresas se beneficien de esta línea de avales públicos, del máximo de 100.000 millones que anunció el Ejecutivo al inicio.

Asimismo, dijo que otras 130.000 empresas y autónomos se beneficiarán de la ampliación del límite de endeudamiento del ICO, para aumentar todas sus líneas de financiación, hasta un total de 10.000 millones de euros.

2.800 millones en avales

Si en la primera línea de avales el Gobierno decidió reservar la mitad de los 20.000 millones de euros avalados por el ICO a pymes y autónomos, en esta ocasión el Ejecutivo ha decidido dirigir el 100% de la segunda línea de avales a estos negocios, según ha informado la vicepresidenta, Nadia Calviño, durante su comparecencia en el Congreso para defender el decreto ley de medidas y ayudas económicas, con garantía de suministros y créditos para pagar el alquiler.

Según datos de este jueves, se han contabilizado en los cuatro primeros días 33.000 solicitudes de avales por más de 2.800 millones de euros, de los cuales prácticamente todos han ido dirigido a pymes y autónomos (casi 2.700 millones de euros).

Abascal pone de ejemplo a Hungría y al día siguiente este país alcanza su mayor repunte de contagios

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Santiago Abascal.

El líder del partido ultraderechista Vox, Santiago Abascal, puso de ejemplo este jueves en el Congreso de los Diputados la gestión del coronavirus que está llevando a cabo el Gobierno del ultra Viktor Orban en Hungría. 

Tras acusar al Ejecutivo de Pedro Sánchez de ser “la caricatura de un Gobierno chavista” y afirmar que “ya no se le puede creer nada”, Abascal responsabilizó tanto al presidente como al vicepresidente Pablo Iglesias de “la mayor tasa de mortalidad por coronavirus del mundo”. 

Acto seguido, Abascal puso de ejemplo la gestión del Gobierno de Hungría. “Es una verdad incontestable que ese Gobierno tan criticado como el de Hungría ha repartido mascarillas a toda la población, mientras aquí los sanitarios se han tenido que proteger con bolsas de basura”, dijo el líder ultraderechista. 

Pocas horas después de estas palabras de Abascal, el Gobierno húngaro confirmaba que el país había alcanzado el mayor repunte de contagios desde que comenzó la pandemia. 

Según datos del Ejecutivo de Orban, en tan sólo un día los contagiados han subido en 210, hasta los 1.190, el mayor incremento en 24 horas. 

De los contagiados contabilizados este viernes, 151 se han localizado en una residencia de ancianos de Budapest, según el recuento del Ejecutivo. 

En el país han fallecido ya 77 personas. 

David Cantero desvela lo que le dijo un guardia civil que le reconoció al pararle

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David Cantero

David Cantero, presentador de Informativos Telecinco, ha develado en Instagram la conversación que mantuvo con un agente de la Guardia Civil que le paró cuando iba a trabajar.

Todo sucedió en uno de los controles dispuestos para controlar que los ciudadanos no se saltan la orden de confinamiento por el coronavirus. “Hoy me ha pasado algo que me ha enorgullecido, que me ha animado a seguir haciendo nuestra tarea lo mejor posible cada día”, empieza contando el periodista.

Cantero relata que el agente le pidió la documentación y que, tras reconocerle, le dio las gracias de corazón por lo que hacen, “por contar lo que sucede e intentar concienciar a la gente para que se quede en casa”.

“He sido yo el más agradecido, por supuesto, y así se lo he hecho saber! Llovía a mares y ahí estaban, calados y cumpliendo con su deber, controlando para que un puñado de cretinos que se toman esto a guasa, no estropeen todo lo que con tanto sacrificio la mayoría estamos consiguiendo”, escribe el presentador.

Junto a su relato, Cantero ha colgado varias fotos de la redacción de Informativos Telecinco vacía y ha aprovechado para recalcar la importancia de que la población se quede en casa. 

“No me cansaré de repetirlo: ese puñado de miserables que se saltan las normas y el confinamiento, unos cuantos miles, nos ponen a todos en peligro y tenemos que desenmascararlos y denunciarlos!”, finaliza el presentador, que en Instagram no cesa de cargar contra quienes se saltan la cuarentena.

Cuando se apaguen los focos

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Personal sanitario. 

Este artículo también está disponible en catalán.

 

Estas semanas de confinamiento nos aportan tiempo para la reflexión, para el abandono de las prisas diarias. Nos dan la posibilidad de estar con los nuestros, de descubrir sentimientos que quizás hacía tiempo que no teníamos. Pero estos días también nos aportan mucho ruido que viene de las redes sociales o de los medios de comunicación, encargados de informarnos, de proporcionarnos datos y consejos para el conocimiento y la reflexión. Entre este ruido informativo, potenciado por la gravedad de la situación, también hay un ruido distorsionador. Es el ruido de los medios irresponsables, que intoxican, o de las voces interesadas que, como bien definió Naomi Klein en Ladoctrina del shock, sólo intentan sacar provecho de todo. Hay quien no descansa.

En general, la población intenta sacar lo mejor de sí misma con actos de solidaridad, con acciones de responsabilidad y de generosidad. Voluntarios que se arriesgan en favor de la población más vulnerable, empresas que cambian su producción para fabricar material que nos urge, empresas que regalan material y persones que, a nivel doméstico, se ponen a coser mascarillas que –permítanme decirlo– no entiendo como aún faltan después de tanto tiempo.

También vemos las acciones de reconocimiento hacia los sanitarios, hacia aquellos que siempre están cuando los necesitamos: servicios de emergencia, policía o bomberos, etc. A todos ellos les damos las gracias y reconocemos su función.

Pero junto a todo esto también surgen iniciativas que aprovechan la oportunidad para confundirnos. Me explico. Estos días circulan muchas críticas hacia nuestros gestores y políticos. Son tiempos difíciles y hace falta comprender las cosas, aunque reconozco que hay errores y lentitudes que cuesta entender. Criticar a quien está en primera línea tiene que ser siempre posible, siempre que detrás haya la intención de mejorar las cosas. La crítica es absolutamente necesaria para avanzar. Pero atención a las críticas fáciles que conllevan intenciones poco edificantes, con tácticas populistas no siempre disimuladas.

Estamos viviendo una situación muy grave y deberíamos aparcar las críticas fáciles y reemplazarlas por críticas inteligentes.

Cada día salimos a aplaudir a nuestros sanitarios, pero ¿alguien ha pedido que ya se esté trabajando en cómo mejorar nuestro sistema? ¿Se ha alzado alguna voz para pedir compensaciones económicas y laborales para nuestros sanitarios que asumen jornadas muy largas, que se arriesgan como nadie, que no se pueden permitir el lujo del desánimo? Deberían ser compensaciones que ya quedaran establecidas en un colectivo que sufrió la crisis anterior de manera cruel y que aún no se había recuperado. Lo echo muy en falta.

En cambio, encuentro fácil que se aproveche la situación, vete a saber con qué intenciones, para provocar un desprestigio de los políticos criticando sus sueldos y aseverando que no hacen nada, que son prescindibles. Pienso que la cosa no tendría que ir por aquí. Hace falta que nuestros políticos cobren lo que esté fijado porque sobre todo necesitamos que trabajen y mucho. Es demasiado fácil poner a todos en el mismo saco. ¿Qué control ejercemos sobre ellos cuando faltan a su compromiso y no hacen lo que prometieron en campaña? ¿Qué mecanismos hemos establecido para denunciar y destituir a los que no tienen los méritos para lo que han sido nombrados y se arrastran legislatura tras legislatura hasta cumplir una trayectoria vital viviendo del erario público? ¿Por qué tendimos siempre a redondear a la baja? ¿Por qué no hacemos sobresalir a los que lo dan todo, para así desenmascarar a los que no hacen todo lo que pueden y deben o simplemente le echan cara? ¿Por qué aceptamos que se nos manipule y engañe para después volver a votar la misma opción política?

Estamos viviendo una situación muy grave y deberíamos aparcar las críticas fáciles y reemplazarlas por críticas inteligentes y así mejorar lo que llamamos ‘la cosa pública’. Y nuestros representantes tienen que hacer todo lo que saben y más. Tienen que ser generosos con el resto de la sociedad. Quien va delante siempre debe dar ejemplo.

Ahora que empiezan a soplar vientos de desconfinamiento, que ojalá se haga con acierto y prudencia, como sociedad nos debemos que, cuando los focos de esta pandemia se apaguen, nos pongamos todos no solo a restablecer la normalidad que dejamos atrás. Esto sería una simple huida hacia adelante. Necesitamos una normalidad más justa y responsable, más crítica y más libre de manipulaciones. Más igualitaria; sólo de esta manera todo el sufrimiento no habrá sido en vano.

 

Quan s’apaguin els focus

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Aquest article també està disponible en castellà.

 

Aquestes setmanes de confinament ens aporten temps per a la reflexió, per a l’abandonament de les corredisses diàries. Ens donen la possibilitat d’estar amb els nostres,  de descobrir sentiments que potser fa temps que no teníem. Però aquests dies també ens aporten molt soroll provinent de les xarxes socials o dels mitjans de comunicació, encarregats d’informar-nos, de proporcionar-nos dades i consells per al coneixement i per a la reflexió. Enmig d’aquest soroll informatiu, potenciat per la gravetat de la situació, hi ha també un soroll distorsionador. És el soroll dels mitjans irresponsables, que intoxiquen, o de les veus interessades que, com bé va definir Naomí Klein a la Doctrina de xoc, només miren de  treure profit de tot plegat. Hi ha qui no descansa.

En general, la població intenta treure el millor de si amb actes de solidaritat, amb accions de responsabilitat i de generositat. Voluntaris que s’arrisquen per la població més vulnerable, empreses que canvien la seva producció per fabricar material que ens urgeix, empreses que regalen material i gent que, a nivell casolà, es posa a fer mascaretes que - deixeu-m’ho dir- no entenc com encara falten després de tant de temps! I regalen el material i el seu temps.

També veiem les accions de reconeixement cap als sanitaris, cap als qui hi són sempre que els necessitem: serveis d’emergència, policia o bombers. A tots ells els donem les gràcies i en reconeixem la funció.

Però enmig de tot això també sorgeixen iniciatives que aprofiten l’oportunitat per confondre’ns. M’explico. Aquests dies circulen moltes crítiques cap als nostres gestors i polítics. Són temps difícils i cal comprendre coses, encara que reconec que hi ha errors i lentituds que costen d’entendre. Criticar qui està al davant ha de ser sempre possible, sempre també que al darrere hi hagi la intenció de millorar les coses. És absolutament necessària la crítica per avançar. Però compte amb les crítiques fàcils que duen darrere intencions poc edificants, amb tàctiques populistes no sempre dissimulades. 

Estem vivint una situació molt greu i faríem bé d’aparcar les crítiques fàcils per fer crítiques intel·ligents.

Cada dia sortim a aplaudir els nostres serveis sanitaris, però algú ha demanat que ja s’estigui mirant com millorar el nostre sistema? S’ha alçat alguna veu per demanar compensacions econòmiques i laborals per als nostres sanitaris que fan jornades molt llargues, que s’arrisquen com ningú, que no es poden permetre el luxe del desànim? Haurien de ser compensacions que ja quedessin fixades, en un col·lectiu que va patir la crisi anterior i que encara no se n’havia refet. Ho trobo molt a faltar!

En canvi, trobo fàcil que s’aprofiti la situación, vés a saber amb quines intencions, per provocar un desprestigi dels polítics criticant-ne el sou i dient que no fan res. Em penso que la cosa no ha d’anar per aquí, sinó que cal que els nostres polítics guanyin el que estigui establert, perquè sobretot necessitem que treballin i molt. És molt fàcil posar tothom amb el mateix recer. Quin control exercim sobre ells quan falten al seu compromís i no fan el que van prometre? Quin mecanisme hem establert per denunciar i treure a aquells que no tenen els mèrits per al que han estat nomenats i s’arrosseguen legislatura rere legislatura fins a acomplir una trajectòria vital vivint de l’erari públic? Per què sempre arrodonim a la baixa? Per què no fem sobresortir aquells que ho donen tot, per desemmascarar els qui no fan tot el que poden o senzillament es repengen? Per què acceptem que se’ns manipuli i enganyi i després tornem a votar la mateixa opció? 

Estem vivint una situació molt greu i faríem bé d’aparcar les crítiques fàcils per fer crítiques intel·ligents i millorar allò que en diem la ‘cosa pública’. I els nostres representants han de fer tot el que saben i més. I han de ser generosos com tota la resta de la societat. Qui va al davant sempre ha de donar exemple.

Ara que comencen a bufar vents de desconfinament, que tant de bo es faci de manera prudent i encertada, com a societat  ens devem que, quan s’apaguin els focus d’aquesta pandèmia, ens posem no a restablir la normalitat on ho vam deixar. Això seria una simple fugida endavant. Ens cal crear una normalitat més justa i responsable, més crítica i més lliure de manipulacions. Més igualitària. Només així tot el sofriment no haurà estat inútil.

La ministra Carolina Darias supera el coronavirus

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La ministra Carolina Darias vuelve a dar positivo en COVID-19

 La ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, ha anunciado este viernes que se ha recuperado del coronavirus después de un mes de aislamiento.

“Ahora sí, después de 30 días, he vencido al #COVID19”, anuncia la propia ministra en un mensaje en su cuenta de Twitter, en el que agradece a todos los que le han acompañado “en esta travesía” de un modo u otro.

Darias asegura que, aunque estaba en aislamiento, no se ha sentido sola en ningún momento, y concluye deseando fuerza y esperanza a todos los que sigan luchando contra el virus.

La ministra dio positivo en las pruebas del coronavirus el pasado 12 de marzo, tras conocerse que también estaba contagiada la titular de Igualdad, Irene Montero.

Posteriormente, el 25 de marzo, también dio positivo la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, la tercera integrante del Ejecutivo afectada por la pandemia.


Marta Sánchez vuelve con un nuevo himno: esta vez contra el coronavirus

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La cantante Marta Sánchez estrena el tema Un mismo corazón, la canción llamada a convertirse en un nuevo himno contra el coronavirus -y ya sabemos que de himnos, ella sabe mucho-.

En una entrevista a la revista Semana, Sánchez confiesa que la canción surgió del desconcierto y la tristeza en la que nos sumió todo esto en esos primeros días de confinamiento. “Yo no lo llevé muy bien los primeros cinco días y decidí que no podía estar así todo el tiempo que esto iba a durar. Un día, de repente, pensé que tenía que positivizar y canalizar eso en algo, que no sé si iba a ayudar, pero cuando me surgió realmente la melodía de la canción en mi cabeza y cuando empecé a escribir las primeras líneas de la letra, el mensaje y demás, ya me empecé animar. Fue entonces cuando cobró un poco de sentido mi labor durante estos días”.

 

En la producción del tema ha colaborado Carlos Toro, autor de la letra de Resistire, otra de las canciones que en estos días ha recuperado toda la actualidad y toda la fuerza.

La compositora y cantante, además, ha contado con la ayuda de un buen listado de amigos y compañeros que participan en el vídeo -entre ellos, caras de esas que no se pierden una-: Paula Echevarría, Nieves Álvarez, Carlos Baute,Terelu Campos, Vicky Martín Berrozal, Vanesa Martín, Soraya, Pablo Motos... 

El dinero recaudado con esta canción será destinado a la compra de material sanitario a través de la Fundación Starlite.

Un himno no sustituye a otro

Hace ahora dos años que Marta Sánchez revolucionó a todo el país poniendo letra al himno de España. Ahora Sánchez cree que el tiempo no ha hecho otra cosa que darle la razón como así ha confesado a Vanitatis: “España no va a tener nunca un momento de bandera como este. Es admirable cómo se está comportando todo el país. En el fondo, no quiero presumir, pero el momento y el tiempo me ha dado la razón. Es todo mucho más fuerte lo que está pasando y lo orgullosos que estamos de ser españoles que las polémicas o los separatismos”.

Este ya no es un mundo para los viejos

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Un hombre mayor durante la pandemia, en Sevilla. 

Las víctimas de esta pandemia son los adultos mayores. Constituyen el mayor porcentaje de los fallecidos. Es posible que en el curso de esta crisis esto cambie un poco, ya se empieza a observar con preocupación el aumento de personas jóvenes y de hasta niños que mueren debido al virus. 

Afirman los especialistas en base a los informes epidemiológicos que este virus afecta a aquellas personas con más edad, que tienen patologías previas; dicho de otro modo, estas dos condiciones crean el escenario ideal para que actué con más letalidad.

Nos informan los noticieros de que las residencias de ancianos, al menos en España e Italia, son los lugares donde la tasa de mortalidad es más elevada. Narran que se ha llegado a residencias de ancianos y se han encontrado sus cadáveres. En concreto estas personas no accedieron al derecho a la atención médica adecuada, el derecho a la salud.

Es cruento escuchar esas voces que a diario dan ese parte de guerra, donde se habla de que han fallecido más de ochocientos personas en veinticuatro horas, la mayoría ancianos y ancianas. Es imposible verlas como una cifra, sin esa carga de humanidad. Esta realidad reclama algunas reflexiones para justificar el retorno del debate sobre de la importancia del cuidado comunitario de los adultos mayores, porque socialmente esta situación tiene que estremecernos, tiene que sacudirnos; en definitiva, tiene que hacer que nos cuestionemos el modo en que vivimos y el marco de desarrollo que determina este vivir.

I

Los expertos coinciden hasta ahora en tres acciones claves para actuar frente a la pandemia: primero, las medidas de aislamiento, cuarentena o distancia social, seguido por las pruebas de diagnóstico y finalizando con la disposición del sistema de atención médico asistencial para atender los casos de sintomatología compleja. Evidentemente, cada una de estas medidas claves tienes sus implicaciones, que no desarrollaremos ahora. Los gobiernos del mundo se han relacionado con estas medidas, al menos tres maneras, a saber: oportuna, de manera tardía y forzosa.

De manera oportuna se toman pronto medidas de aislamiento social, distancia social y cuarentena, así como el diagnóstico de amplio espectro, para preparar después el sistema de atención médico asistencial. En la segunda manera (actuación tardía), se pudo haber preparado la atención médico asistencial, pero se pospuso el aislamiento, cuarentena o distancia social, así como la aplicación de las pruebas de diagnóstico. En la tercera manera (forzosa), se toman medidas gracias a la fuerza de la realidad. Ahora mismo todos los países del mundo han logrado diagnosticar al menos un caso. Como referencia podemos decir que Venezuela se puede ubicar en el primer horizonte, en el segundo están la mayoría de los países del mundo y en el tercero, otra minoría, pero con una elevada población, como por ejemplo los Estados Unidos Mexicanos, los Estados Unidos de América, Ecuador y Brasil.

¿Qué lógica ha primado para que los gobiernos de los países del mundo se relacionen en cada una de estas maneras? Las declaraciones de sus jefes de gobierno apuntan a que corresponden a un cálculo económico. Es decir, cuánto afecta la implementación de medidas en la economía, contra la estimación de fallecidos y su valoración social. Es una discusión fría y hasta escalofriante para cualquier persona, pero es la lógica que impera en la gestión del capital cada día, solo que las dantescas consecuencias no son tan evidentes ni tan públicas.

Para quienes laboramos en el ámbito de salud y seguridad en el trabajo, no es extraño encontrar estos cálculos, y puedo colocar como referencia que en muchos casos, cuando se emprende la construcción de una edificación, los proyectistas incorporan la estimación del número de personas que van a fallecer (sobre la base de información previa) y las indemnizaciones máximas que hay que pagar. En los hechos se relaja la ejecución del presupuesto para prevención y protección de los trabajadores y las trabajadoras. Al final el balance es bueno si se gastó menos. ¿A quién le importa quién muere?

En el caso del Gobierno de los Estados Unidos de América ya se han estimado el número de personas que serán víctimas, además de las consecuencias económicas y los paquetes de ayuda para las empresas y personas. Son aceptables estas muertes, en función de un razonamiento económico y en un contexto socio-político que las tolera. Se pueden examinar los cálculos realizados en Alemania también.

Solo un detalle del cálculo: quienes se estiman que mueran son los adultos mayores, que son en esta perspectiva una carga para los sistemas de pensiones y servicios de salud públicos, porque hay que invertir más recursos para atenderlos; y en los privados porque reducen la tasa de ganancia. Distinto sería el cálculo si afectará a personas en edad productiva. Es un mundo peligroso para los viejos y las viejas el de hoy día, pues en esta lógica, son los primeros candidatos (sin saberlo) para el sacrificio. Ya un senador norteamericano lo decía sin rubor alguno, hace un par de semanas.

II

La situación de los adultos mayores en relación al coronavirus demanda que expongamos el papel y el lugar que estos tienen en la sociedad occidental. En primera instancia es necesario recordar que antes de ser adultos mayores, estas personas fueron jóvenes, a los cuales se les preparó para ser trabajadores y trabajadoras, también consumidores y consumidoras; en los países donde es necesario tributar, se les preparó para ser contribuyentes, que luego tributaron efectivamente, trabajaron y consumieron. Gracias a las luchas de las organizaciones de la clase trabajadora (es decir,nuestros sindicatos), unos más pronto que otros, accedieron al derecho de jubilación, diferenciado según cada país. 

Conviene recordar que estas personas en su edad productiva (en términos generales y reducidos a la lógica del capital) se expusieron a condiciones inseguras e insalubres y al estilo de vida que impone la dinámica del consumo, y en su conjunto esto configuró las patologías que hoy sufren. No significa que se ignoren ciertas predisposiciones, pero la determinación social de la enfermedad en un elemento central en esta situación. Dicho de otro modo, estas personas no están enfermas por obra divina o una determinada configuración biológica, lo están porque vivieron y viven dentro de una determinada sociedad. Una sociedad para la cual la enfermedad es una oportunidad negocio, por lo tanto se trata, pero no se cura, ni se previene.

Ahora, esta sociedad que los enfermó, mercantiliza también el retiro y apertura de residencias de adultos mayores donde, si bien es cierto que hay un participación importante del sistema público, también la hay de la empresa privada, que siempre es más atractiva y con mejor mercadeo. 

El cuidado de estos trabajadores y trabajadoras en retiro se externalizó. Ahora la familia está muy ocupada laborando o consumiendo, o preparándose para ello. No hay lugar para los viejos y las viejas en ese mundo. Un noticiero presentaba el vídeo de una chica en Madrid que lloraba la muerte de su abuela, pero en su mensaje me llamó la atención que decía que tenía cuatro años sin verle. Solo pensé, que esta pandemia tiene menos de tres meses.

En algunos momentos ya se ha denunciado la situación de los adultos mayores, relatando la muerte de ancianos en la soledad de sus casas, que solo son evidentes por el olor putrefacto que molesta los vecinos, y por ello llaman a los servicios de emergencia; o el trato en las residencias colectivas (públicas o privadas).

La modernidad occidental nos propuso el individualismo y lo aceptamos, por eso es natural, no es un problema que las familias externalicen el cuidado de los adultos mayores. En sociedades no tan modernas, menos penetradas por los cánones del occidente deslumbrante, los adultos mayores cumplen un rol importante en la comunidad de diversa índole, bien sea en los procesos de socialización, como referencia para la resolución de problemas de la vida comunitaria o como trasmisores de la memoria histórica no escrita. Por lo tanto, disfrutan del cuidado de la comunidad, de la familia. A los niños, niñas y jóvenes se les enseña la importancia que tienen y se les dota de habilidades para de relación social y su cuidado.

Quizás muchas personas son indiferentes a esta discusión, pero a su tiempo se llegará, porque hoy tenemos más posibilidades de llegar a ser viejos. 

Hoy hay que poner en el debate varios asuntos: el primero de ellos el rol de los adultos mayores en nuestras sociedades, ¿qué papel tienen? Otro es la importancia del cuidado comunitario de los adultos mayores, sin negar la incorporación de profesionales. ¿Cuál es el rol de las familias? ¿Cuáles son los mecanismos sociales para reconfigurar esta realidad? Y por último, que la vejez sea una etapa plena, que se corresponda con la dignidad de estas personas.

Si mañana el virus decidiera suicidarse y su acción parara de inmediato, quedan pendientes muchos debates. Este es solo uno de ellos. Creo que no hay que posponerlo. Este mundo no tiene que ser más peligroso por el hecho de tener la buena nueva de vivir más años.

 

Así fluctúa nuestro estado de ánimo hoy: sepamos cómo lo superaron las víctimas del 11-S

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Una mujer observa una de las torres gemelas ardiendo tras el impacto de uno de los aviones durante los atentados del 11-S. 

Por Alejandro Iborra Cuéllar, director del Instit. Univers. Mixto de Investigac. de Educación y Desarrollo Daisaku Ikeda (IEDDAI), Universidad de Alcalá; y Luana Bruno, doctoranda FPU en el Departamento de Ciencias de la Educación, Área de Psicología Evolutiva y Educación, Universidad de Alcalá:

 

En este tiempo transcurrido desde que comenzó el confinamiento, todos hemos tratado de adaptarnos a esta crisis sanitaria del Covid-19, con independencia de nuestra situación personal particular. Como parte de dicho afrontamiento, resulta fundamental la disposición personal con la que se encara esta situación, que podríamos situar en un continuo entre ser optimista o pesimista.

Todos nos podríamos situar en ese continuo. Decimos continuo porque probablemente hayamos sido más o menos optimistas en función del mayor conocimiento e información que hayamos ido asimilando a medida que se han sucedido los acontecimientos y de las preguntas que nos hayamos planteado desde el principio: ¿cuánto durará el confinamiento? ¿será mejor o peor nuestra realidad social una vez finalice esta crisis? ¿ha empezado ya a aplanarse la curva del gráfico que reúne el número de contagiados? ¿se contagiarán personas a las que quiero? Si me contagio yo, ¿qué tipo de síntomas tendré?

El principio de Pollyanna

Cada pregunta genera algún tipo de expectativa hacia el futuro. Y no resulta trivial preguntarse si somos optimistas o pesimistas a la hora de gestionar una crisis como la que estamos viviendo. Basándose en el personaje de Pollyanna, protagonista de la novela Pollyanna, de Eleanor Porter, a finales de los 70 se acuñó el término de “principio de Pollyanna” para referirse a aquellas personas intrínsecamente optimistas, capaces de ver el lado positivo en toda situación.

Según hemos dicho al principio, tendemos a priorizar los eventos agradables frente a los desagradables. Pero más allá de esta tendencia general, la investigación sugiere que tener una disposición optimista o pesimista a la hora de interpretar las situaciones que vivimos tiene implicaciones importantes en el tipo de estrategias que llevamos a cabo a la hora de lidiar con situaciones vitales estresantes como esta. En otras palabras: responderemos mejor al estrés dependiendo de si somos optimistas o pesimistas.

No todas las estrategias son iguales

Tradicionalmente, se han identificado dos grandes estrategias de afrontamiento del estrés: las centradas en la solución del problema, y las centradas en las emociones. Las primeras tratan ante todo de identificar y resolver la fuente que origina el estrés, sobre todo en aquellas situaciones controlables. Las segundas, por el contrario, tratan de disminuir o eliminar las emociones incómodas asociadas a la vivencia de situaciones estresantes. Algunas de estas estrategias son las siguientes:

Negación. No creer que algo ha ocurrido o subestimar su importancia. Algo difícil de llevar a cabo actualmente, pero no tan improbable al comienzo de la crisis. Mantener a toda costa los mismos hábitos que teníamos antes de la crisis, como si nada pasara, sería un ejemplo de esto.

Acercamiento centrado en el problema. Seguir un plan de acción que resuelva la situación o minimice sus consecuencias negativas. Por ejemplo, piense en todas las recomendaciones planteadas últimamente acerca de llevar a cabo una rutina diaria de actividades, incluir ejercicio físico, hábitos de comida saludables, etc.

Autoculparse. Echarse la culpa a uno mismo. Por ejemplo, si ha contagiado a alguien, o se ha contagiado usted mismo, si ha podido despedirse o no de algún ser querido.

Aceptación/ Resignación. Si no hay nada que se pueda hacer, aceptar lo que ocurre.

Reinterpretación positiva. Crecer como persona, aprender algo de la situación. Centrarse en qué podemos aprender o cómo vamos a cambiar tras esta crisis (sea creíble o no).

Fantasear. Escapar de la situación mediante la imaginación o la fantasía. El incremento general de consumo de series, películas, videojuegos, literatura en general sería un buen ejemplo de esto.

Apoyo social. Compartir tus sentimientos con alguien o buscar consejo por parte de alguien que se valore. Fácil de llevar a cabo por medio de videoconferencias, participación en redes sociales, estableciendo contacto con personas queridas con las que compartir esta experiencia.

Las personas optimistas suelen priorizar estrategias de afrontamiento centradas en resolver problemas, especialmente cuando dichos problemas son controlables. Por ejemplo, la reinterpretación positiva, la evitación de la negación, la búsqueda del apoyo social y, en caso de situaciones percibidas como fuera de control, una mayor tendencia a la aceptación sin condiciones de esa situación. Al contrario, los pesimistas tienen más tendencia a centrarse en sus emociones, amplificándolas, dando lugar a una rumiación negativa que se ha asociado con una peor adaptación futura.

La importancia de la variedad emocional y el afrontamiento

Gestionar las propias emociones no es fácil, mucho menos si se tiene que hacer en mitad de una crisis social tan importante como la actual. Centrarse en las propias emociones puede ser particularmente útil en fases iniciales de la gestión de una crisis, sobre todo cuando no se percibe mucho control de la situación.

No obstante, más allá de la percepción de control, resulta fundamental atender al tipo de emociones que se estén experimentando. Mucho más, teniendo en cuenta que existe la tendencia por los medios de comunicación de acentuar cierto tipo de emociones en situaciones de crisis, tales como la ansiedad, el estrés, la depresión e incluso hablar de trastornos como el estrés postraumático.

Aunque este tipo de emociones son habituales en momentos de crisis personal o social, es cierto que suelen convivir con otro tipo de emociones, igualmente relevantes.

Rabia y gratitud tras el atentado a las Torres Gemelas

El trabajo de Barbara L. Fredrickson tras las consecuencias del ataque terrorista del 11 de septiembre en EE UU resulta especialmente relevante. Después del atentado, varias encuestas mostraron que la mayor parte de las personas sentían toda una amalgama de emociones relacionadas sobre todo con la rabia, la tristeza, el miedo y la ansiedad. Pero junto a estas también aparecían emociones tales como gratitud (por la propia seguridad y la de otros seres queridos), interés (por tratar de comprender las razones que habían llevado a ese atentado, así como conocer sus consecuencias) y amor (hacia familiares, amigos e incluso personas de la comunidad con la que habían compartido el suceso).

Esas emociones más positivas incrementaban la capacidad de recuperación, una mayor apertura mental relacionada con ser más flexibles, creativos e incluso estar más abiertos a nueva información. Actuaron como un amortiguador ante posibles sentimientos depresivos. Experimentar este tipo de emociones positivas se ha vinculado a facilitar la probabilidad de encontrar un sentido a dicha situación estresante o de crisis y, de nuevo, a implicarse en planes y objetivos a medio y largo plazo.

Es de especial relevancia constatar que en muchos casos las emociones positivas facilitan la creación de un estilo de afrontamiento más expansivo y general, ligado a una perspectiva más creativa y preparada para afrontar mejor futuras crisis. Estas personas capaces de sentir emociones positivas estaban también en mejor disposición de promover este tipo de emociones en otros, generando un contexto de apoyo y cuidado mutuo.

Es posible crecer tras una crisis vital

Este afrontamiento más optimista está lejos de un optimismo como el descrito por el principio de Pollyanna. Sabemos que un sesgo positivo facilita una mejor adaptación a las adversidades de la vida, aunque no es suficiente. Un término que ha venido utilizándose en los últimos años es el del crecimiento postraumático: el cambio positivo que un individuo experimenta como resultado del afrontamiento de un suceso traumático.

Resulta fundamental saber que no todas las personas que pasan por una experiencia traumática encuentran beneficio y crecimiento personal en ella. Para ello tienen que producirse cambios en la propia percepción hacia uno mismo (hasta qué punto uno puede afrontar adversidades), cambios en las relaciones hacia los demás (incrementar la intimidad con otras personas queridas, sentirse más libre a la hora de expresar qué se siente, así como una mayor sensibilidad hacia el padecimiento de los demás) y cambios en la filosofía de vida (mayor interés y curiosidad hacia temas existenciales y espirituales).

Además, hay que tener en cuenta que las personas que experimentan crecimiento postraumático también experimentan emociones difíciles de manejar tales como dolor y estrés. Sin la presencia de estas emociones, el crecimiento postraumático no se produce.

La mejor manera de facilitar este tipo de crecimiento asociado a las crisis es promoviendo la búsqueda de sentido. Esta resulta fundamental. Por ejemplo, aceptar ayuda y al mismo tiempo reconocer que nadie más que uno mismo puede dar sentido a lo que pasa; reconocer que hay que superar esta situación, dejarla atrás pero tenerla en cuenta para construir nuestro futuro.

Un optimista bien informado

En momentos de crisis como la que estamos viviendo, cada uno hacemos lo que podemos. Y lo que hacemos no deja de ser una manifestación de nuestra disposición personal e incluso cultural hacia ser más optimistas o pesimistas. Ahora bien, más allá de esta dualidad, estaría bien seguir a Mario Benedetti, cuando decía que un pesimista es solo un optimista bien informado.

Así que ante esta situación compleja que estamos viviendo, ni optimistas ingenuos ni pesimistas recalcitrantes, seamos optimistas informados.

 

Cómo usar TikTok: guía básica para manejar la 'app' de moda

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TikTok pasaba desapercibido para la gran mayoría hasta que llegó la cuarentena por el coronavirus. El confinamiento ha hecho que la app que triunfaba entre los jóvenes, o más bien entre los adolescentes, haya aterrizado de golpe en los móviles de todo los públicos. Ya no distingue de edad y eso se nota especialmente entre los famosos. Igual que la usa Rosalía, que se estrenó en enero, la utiliza Jane Fonda, que la inauguró el pasado fin de semana con una sesión de aeróbic. No podía ser de otra manera. 

En Apple Store ocupa el segundo puesto en la lista de aplicaciones gratuitas más descargadas, y en Google Play se sitúa de tercera en el ranking general. Las búsquedas en Google han ido aumentando según han ido pasando los días de cuarentena. Se busca qué es, se busca para qué sirve y se busca, sobre todo, cómo funciona.

Qué es TikTok y cuándo se puso de moda

TikTok es otra red social más. La diferencia con el resto —Instagram, Facebook, Twitter o LinkedIn— es que es un red social de vídeos. Eso sí, vídeos muy cortos, de 15 segundos a 1 minuto. Nada más.

Existe desde 2016 pero su primera época dorada en España llegó en agosto de 2018 cuando TikTok compró la aplicación para adolescentes Musical.ly y absorbió a todos sus usuarios, que migraron directamente a este app. Fue el primer boom, el segundo llegó en el último trimestre de 2019 y desde entonces no ha parado de crecer. Sólo en febrero de 2020 se han hecho 113 millones de descargas, una cuarta parte de las hechas durante todo el año anterior, según la web especializada Sensor Tower.

Para qué sirve

Básicamente para hacer vídeos cortos y, mayormente, divertidos. Aunque hay un poco de todo. Es como una especie de espectáculo de variedades. Un cajón de sastre donde encuentras chistes, memes, montajes, tutoriales de cocina, actuaciones musicales y hasta reivindicaciones. De todo y casi todo desde el humor. Hecho para divertir y viralizar. 

Cómo se crea un perfil y cómo se interactúa con la gente

TikTok es una red social y sigue la misma dinámica que el resto. Todo es muy intuitivo.  

  • Descargada la aplicación, se crea el usuario. Aquí tienes la opción de vincular tu cuenta a tu perfil de Facebook, Google, Instagram o Twitter, o bien empezar de cero añadiendo un mail y teléfono móvil. 
  • A partir de ahí puedes seguir a gente. En Inicio tienes sugerencias Para ti y en Tendencias puedes ver de qué se está hablando o buscar directamente a personas por su nombre.
  • Si un vídeo de otro te gusta puedes dar al Like (corazón), hacerle un comentario (bocadillo), compartirlo a través de otra red social (Compartir/Share) o buscar vídeos con la misma música pinchando en el icono del disco (parte inferior derecha). El primer icono de la columa (TikTok) lleva directamente al perfil del autor de esa publicación.

Cómo se hacen los vídeos

Esta es la esencia de TikTok y, salvo que quieras cotillear, el motivo principal para abrirse una cuenta.  

Para grabar un vídeo hay que ir al botón central de la barra inferior (el del símbolo de más). Una vez dentro de la cámara puedes elegir si quieres una grabación con la cámara trasera o delantera. Sólo tienes que darle a Girar en la parte superior derecha para cambiarlo.  

Pero la gracia no es grabar; es todo lo que puedes hacer con el vídeo, tanto antes como durante y después de la grabación. 

Antes de darle al botón rojo, tienes varias opciones en el margen superior derecho para elegir cómo quieres la grabación.

  • Velocidad: normal, cámara rápida o lenta. 
  • Filtro.
  • Embellecer, para mejorar tu rostro con maquillaje o pequeñas modificaciones de nariz, ojos, labios, etc.

El botón de abajo (Tiempo) es un temporizador que inicia una cuenta atrás para poder dejar la cámara en un punto fijo y grabar desde lejos.

  • Los filtros, parecidos a los de Snatchap o Instagram Stories, se añaden en el botón Efectos de la parte inferior izquierda. A la derecha hay un botón para ir a la galería y añadir vídeos que ya tienes grabados. 

Lo mejor es la música o diálogos que se pueden añadir a los vídeos con los para hacer los montajes. Se encuentran pinchando en la parte superior (Sonidos), donde hay una galería infinita de audios. Todos están integrados para poder usarlos directamente. 

Encontrar el que quieres lleva un tiempo por eso está la opción de Favorito para poder guardarlos en una carpeta y encontrarlos más fácilmente la próxima vez. 

El asunto es que el audio (canción o diálogo) empieza a sonar una vez que le vayas a dar al botón rojo, de manera que la grabación se puede hacer interactuando directamente con ese sonido.

Esos efectos no siempre se añaden antes, también se puede mejorar el vídeo a posteriori cambiando el sonido o añadiendo emojis o texto.

Si, por ejemplo, quieres que unas mariposas merodeen por la pantalla tienes que darle a Efectos-Visual (parte inferior), para que suene más alto el sonido hay que ir a Volumen (parte superior derecha) y los emojis o GIFs están en Stickers. Todo es cuestión de ir trasteando. Prueba-error, prueba-error, prueba-error. 

A darle a siguiente ya llegas a la opción final: Publicar (para compartir con tus contactos) o guardar en Borradores.

¿Por qué guardar un vídeo en borradores?

Los vídeos no tienen por qué hacerse del tirón, se pueden hacer montajes cambiando de ropa, de escenario, de protagonistas... Ahí es donde entra en juego Guardar en Borradores. Mientras un vídeo no llegue a 60 segundos puedes ir añadiendo fragmentos, ese mismo día, el siguiente o incluso una semana después. Lo dejas en borradores y ya lo recuperarás.  

Para recuperar un vídeo y seguir manipulado sólo tienes que ir a Borradores dentro de tu perfil, pinchar sobre el vídeo y darle a Atrás. Ahí puedes ir a la pantalla de añadir filtros tras la grabación o a Seguir grabando, en la parte superior derecha, para ir a la cámara y seguir añadiendo grabaciones. 

Lo último ya sería publicar y compartir con tus contactos. Como en otras redes, puedes taguear a otras personas o añadir hashtags

Cómo hacer transiciones y otros trucos

En las transiciones de una grabación a otras donde se nota tu nivel en TikTok. Cuanto más natural sea el salto de un vídeo a otro, mucho mejor.

YouTube está lleno de tutoriales que te enseñan a manejar TikTok como estos dos, que te ayudarán a pasar al nivel 1 de usuario en cuestión de minutos.

Un último consejo

Esto es cuestión de practicar. A medida que lo vayas usando, encontrarás más filtros, más sonidos o más stickers y te surgirán más y mejores ideas. Porque en TikTok, la originalidad y el tiempo son dos valores a tener en cuenta.

La cifra de fallecidos diarios cae hasta los 605, la cifra más baja desde el 24 de marzo

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La cifra de fallecidos por coronavirus en las últimas 24 horas marca una nueva caída, al contabilizarse 605 muertos frente a los 683 del día anterior.

Se trata del dato más bajo de fallecimientos diarios registrado desde el pasado 24 de marzo, cuando se notificaron 514 muertes, y de la última semana: el viernes pasado se llegó a 932 personas, el sábado bajó a 809, el domingo a 674 y el lunes a 637.

Además, y después de aumentar el martes (743) y el miércoles (757), el jueves se produjo de nuevo un descenso (683) que ha proseguido este viernes. “Continuamos con la tendencia descendente”, ha señalado María José Sierra, directora adjunta del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES.

En total, 15.843 personas han perdido la vida desde el inicio de la crisis en España. Aun así, el coronavirus ha registrado este viernes su mayor frenazo desde que estallara la pandemia y deja la tercera bajada consecutiva en el número de casos, que alcanzan los 157.022 tras sumar 4.576 nuevos contagios. España sigue siendo el segundo país del mundo en número de contagios, sólo por detrás de Estados Unidos.

Los datos del Ministerio de Sanidad reflejan que 157.022 personas se han infectado tras sumar 4.576 nuevos contagios y, de ellas, 55.668 se han curado (3.603 más que el día anterior). Los curados representan ya el 35,45% de los casos.

Sanidad ya no ofrece el recuento total de pacientes ingresados en las UCI a la espera de que las comunidades notifiquen las cifras acumuladas de los mismos.

Más casos que Italia

Respecto a la comparativa de España con el resto de Europa, según los últimos datos de los que dispone Sanidad, supera a Italia (143.626) en el número de casos, aunque el país italiano publica la tarde sus datos. Asimismo, en Alemania hay actualmente 108.202 personas contagiadas, en Francia 86.334, en Reino Unido 65.077 y en Turquía 42.282.

En el resto del mundo, Estados Unidos ya registra 427.460 casos de personas contagiadas; China 83.305; Irán 66.220; Canadá 19.759; Brasil 17.857 y Corea del Sur 10.450. 

La Comunidad de Madrid cuenta ya con 44.783 afectados y 5.972 muertos, seguida de Cataluña con 31.824 personas infectadas por el coronavirus y 3.231 fallecidas por esta causa. Asimismo, Andalucía tiene con 9.510 afectados y 691 muertos; Aragón, 3.831 infectados y 409 fallecidos; Asturias registra 1.799 contagiados y 121 muertos; y Baleares, 1.488 afectados y 97 muertos.

Por su parte, Canarias ha contabilizado 1.858 pacientes y 94 fallecidos; Cantabria ya cuenta con 1.659 pacientes y 102 muertos; Castilla-La Mancha tiene 13.063 pacientes y 1.431 fallecidos; Castilla y León 11.102 infectados y 1.129 muertos; Ceuta 91 afectados y 4 fallecidos; y la Comunidad Valenciana, 8.331 infectados y 796 muertos.

Extremadura registra ya 2.332 infectados y 288 fallecidos; Galicia 6.946 pacientes y 243 muertos; Melilla 95 contagiados y 2 fallecidos; Murcia, 1.383 afectados y 90 muertos; Navarra, 3.748 afectados y 218 fallecidos; País Vasco tiene 10.103 pacientes afectados y 729 muertos por coronavirus; y La Rioja 3.076 contagiados y 196 fallecidos. 

En cuanto al número de personas ingresadas en una Unidad de Cuidados Intensivos, el informe separa a las comunidades autónomas que informan sobre el número total de pacientes que han tenido en estas unidades, como son Castilla-La Mancha (329), Castilla y León (332), Galicia (151) y Madrid (1.399); de las que aportan los datos de los que tienen actualmente ocupando una cama en una UCI.

Entre estas últimas se encuentran Andalucía (582), Aragón (263), Asturias (100), Baleares (136), Canarias (141), Cantabria (73), Cataluña (2.582), Ceuta (4), Comunidad Valenciana (561), Extremadura (101), Melilla (3), Murcia (88), Navarra (124), País Vasco (442) y La Rioja (71).

Asimismo, con el análisis de 109.106 casos confirmados por coronavirus, 56.976 eran mujeres y 52.130 hombres, si bien fallecieron más hombres (4.325) que mujeres (2.781). El 86,9 por ciento de todas las muertes se registraron en personas mayores de 70 años.  

Pelayo Díaz responde a las críticas por su polémica foto: "Me gustaría saber si en vuestra nevera..."

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Pelayo Diaz.

Después de convertirse en trending topic en Twitter tras anunciar en Instagram que una marca de lujo le enviase un perro de raza, Pelayo Díaz ha querido responder a las críticas. 

Este jueves, el influencer ha explicado en una extensa publicación en la red social de las fotografías, donde tiene más de un millón de seguidores, que una conocida marca les ha enviado de regalo un pomerania.  “Bienvenido a casa Vidu! Andy y yo queríamos ampliar la familia desde hace tiempo y no nos animábamos a dar el paso, pero el mundo conspira para que siempre te llegue lo que de verdad deseas y ésta mañana nos ha llegado este maravilloso regalo”, ha escrito Díaz. 

 Pelayo ha explicado que “a causa de la situación actual (incertidumbre, desempleo...) muchos cachorros están quedándose sin gente que se anime a cuidar de ellos y darles un hogar” algo que le ha “encogido el corazón”.

Fueron muchas las críticas que tuvo. Le echaban en cara “comprar un perro de lujo” en plena pandemia” en vez de adoptar y “enviarlos por correo como si fuesen zapatos”. 

Después, en un directo en Instagram, quiso defenderse de los comentarios que recibió. “A todos los que criticáis y cuestionáis mi decisión, me gustaría ver si en vuestra casa tenéis zapatos o cinturones de piel, si en vuestra nevera hay carne, si el pollo es campero que cuesta mucho más, si los huevos que compráis son camperos, si usáis cremas que testan con animales... Cuando criticáis las acciones de otra persona tenéis que cubriros muy bien las espaldas y tenéis que estar muy seguros de lo que hacéis vosotros. Porque es muy fácil tirar la piedra y esconder la mano y criticar a una persona que libremente se expone aquí. Pero cuestionaros vuestras decisiones y contadme si vuestras cremas no han sido testadas. Analicemos todo”. 

Las 13 palabras del diputado de Teruel Existe en el Congreso que le han valido el aplauso general

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Tomás Guitarte y Pedro Sánchez.

Tomás Guitarte, diputado de Teruel Existe en el Congreso de los Diputados, se ha llevado el aplauso general en Twitter por la frase con la que comenzó su intervención este jueves en la sesión en la que se votó la prórroga del estado de alarma y cuatro decretos leyes.

Guitarte recurrió a una cita de Ensayo sobre la ceguera, el libro del premio Nobel José Saramago que narra cómo seis personajes deben hacer frente a una pandemia que se extiende por todo el mundo y que deja a las personas inmersas en una ceguera blanca.

“Calma, dijo el médico. En una epidemia no hay culpables. Todos son víctimas”, comenzó Guitarte para añadir justo después: “Y al hilo de esta reflexión, que creo que es muy oportuna porque todos somos víctimas de esta situación, quiero decir que no entendemos que seamos el único país sin unidad en la política, el único país de todos los que sufren la epidemia sin unidad en la política”.

La intervención del diputado de Teruel Existe ya arrancó algunos aplausos en el Congreso, que fueron muchos más en las redes sociales:


La epidemia, ¿bajo el control de los ciudadanos o de los políticos?

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Un parque en Londres, este jueves. 

La evolución de cómo va el coronavirus en cada país va estrictamente unida al comportamiento de sus ciudadanos. Digo ciudadanos, sí, no políticos. La política está para poner guías, derechos, límites y restricciones, pero siempre encontraremos ciudadanos que buscarán cómo torcer o evitar que las reglas vayan con ellos.

Hace unos días leía en un foro de ciudadanos británicos en España (Bremain in Spain) un comentario acerca de la sorpresa positiva que se habían llevado con la población española adhiriéndose mayoritariamente a las imposiciones para frenar el Covid-19. Algunos de estos inmigrantes (me niego a llamarlos expats, la migración es toda igual, tengas o no dinero) también recordaban con cierta vergüenza que fueron compatriotas suyos los que, con cierta atención mediática en los primeros días del encierro, no acataban las normas de aislamiento en localidades turísticas.

La estupidez humana no tiene fronteras ni nacionalidad, y este fin de semana en todo el mundo ya tenemos a cientos de miles de lerdos, idiotas, imbéciles, antisolidarios y cuasi criminales pretendiendo que pueden hacer lo que quieran y viajando a pasar unos días a las Highlands escocesas o a Puerto Hurraco.

Los diferentes gobiernos han optado por versiones diferentes de cómo tratar a este virus, aunque según pasa el tiempo y suben las cifras, lo que queda claro es que la versión final de su actitud hacia el Covid-19 es prácticamente igual, impidiendo más y más las salidas de casa e imponiendo medidas más estrictas, y con implicaciones en la economía.

Esta crisis nos ha demostrado que no los que ganan más son los que más necesitamos para que la rueda gire… y en la sociedad ahora valoramos aún más a nuestras enfermeras, médicos, reponedoras, cajeras, granjeros, celadores, cuidadores de nuestros mayores, transportistas…

Volviendo a Reino Unido, entre muchos ciudadanos sigue creciendo un malestar. Si bien no se habla ya más de la inmunidad de rebaño que pedía Boris Johnson (aún hospitalizado, oh ironías de la vida, por esa “gripe” que iba a hacer que “perdiéramos a seres queridos”) las condiciones impuestas son tan fáciles de saltar que en cuanto disfrutamos de ese fenómeno meteorológico extraño en estas tierras, llamado calor y sol, los parques se llenan de individuos que se tumban a broncearse, jugar al cricket, o hacer barbacoas como hacíamos cuando aún Brexit era la palabra de moda.

Solo en Manchester en los pasados días la policía ha parado 660 fiestas, algunas con castillos hinchables y DJs… pero cuando el que manda estos días, Dominic Raab, tras cifras crecientes de contagios y muertes, en vez de exigir te pide educadamente y con un “please” que os quedéis en casa, pues como que el mensaje se recibe como un “favorcillo” que si gustas lo haces… o no.

Salir a correr, con esas expiraciones que propagan todo lo propagable y que se comerá enterito el incauto con la mala suerte de cruzarse con el atleta en cuestión, es la afición de moda, y como esto dure hasta las Olimpiadas de 2021 en Tokyo, va a ayudar a que Reino Unido se lleve todas las medallas en las diferentes modalidades de carrera. Todos corren, ya que pueden, y en España tendremos ganadores en los concursos mundiales de paseadores de perros, donde competiremos con perros musculados tras haber pasado de sus dos paseos de 15 minutos diarios, a paseos de 8 kilómetros, campo a través, atravesando ríos, llueve o truene, y tantas veces al día como miembros tenga la familia (si hay hijos de 14 años como en mi caso, de esa se librará el pobre chucho, ya que la PlayStation llama más que la mascota familiar y este encierro es el sueño de muchos adolescentes hecho realidad).

Los que nos mantenemos en casa y salimos lo mínimo y como mi amiga Penélope, lo pasamos mal ante los riesgos de la salida a la tienda, vemos que las semanas pasan y pasarán hasta que no haya un cambio de verdad y logremos una movilidad los más reducida posible.

Y desde las instituciones que nos tocan, el Consulado General (aun no abierto, no por falta de ganas) de Manchester, a mí personalmente esta semana me han sorprendido más que gratamente.

Aparte de reunirse con voluntarios de Acción Coronavirus de nuevo, que es una organización de ayuda ciudadana, nos han sorprendido con el esfuerzo que han llevado a cabo contactando a TODOS los ciudadanos mayores de 80 años que viven en esta demarcación para asegurarse de que no hay nadie vulnerable sin asistencia. 

Estas llamadas han pillado por sorpresa a estos españoles que en casos llevan más de 50 años en Reino Unido, y han agradecido al aun escaso equipo en manos de Laura García Alfaya e Iñaki Torrecilla Vilela (cónsul general y canciller) el esfuerzo y un contacto directo que muy difícilmente se produce entre instituciones españolas y los emigrantes.

El coronavirus es una desgracia a nivel mundial, a nivel humano y económico, pero sin duda está sirviendo también para ver cambios de actitud positivos, nuevas formas de trabajar, incremento en solidaridad y empatía y una actitud a aplaudir por parte de la mayor parte de la sociedad… los que no muestran ni empatía, ni solidaridad, ni nada positivo están disfrutando en su parque de atracciones de bots, bulos, criticas, noticias tergiversadas y utilización de números de muertos y contagiados como si hablaran de fichas de casino. Y para eso ni hay ni habrá vacuna.

El virus que lo cambió todo

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El contagio se ha convertido en industria de emociones y en nostalgia de lo que fuimos: en torno a él, se ha mostrado una España profundamente sesgada y dividida en lo político, pero a la vez ha emergido una sociedad heroica y sobrehumana, representada en sus equipos sanitarios y en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, cuya conducta a buen seguro merecerá un gran reconocimiento, acaso un Premio Princesa de Asturias. Los buenos son siempre silentes hasta que la sociedad los necesita. El mundo entero se ha visto simplificado por la morbidez letal de un visitante inesperado por la mayoría, pero “esperado” por unas élites. El ciudadano intuye que un supervirus, aparte de combate químico, requiere de unidad de acción.

Pandemónium repujado en Wuhan, viajero y mortal, esta quimera microscópica ha asestado una puñalada al estilo de vida del mundo entero, que se mantiene confinado a su pesar: no hay mayor placer que el retiro elegido ni mayor pesar que el confinamiento domiciliario y en contra de la voluntad. Sí. Hay una España tronante que se alimenta de desquiciamiento, pero hay otra serena y solidaria, que continúa con su trabajo, a pesar del riesgo que conlleva en las actuales circunstancias: agricultores, pescadores, fabricantes de útiles de primera necesidad, cadenas de supermercados, periodistas, panaderos, repartidores y carteros… le dan la espalda a la pandemia. El mundo ha vuelto a sus esencias y se ha desprendido del cartonaje que nos ocultaba lo verdaderamente importante: el hombre, la salud, la familia, los amigos, los pequeños detalles que hemos ignorado, embarcados en un mundo progresivamente acelerado y que acaba de descarrilar. La España de los balcones contesta con sal e ingenio al paravirus.

Tenemos la oportunidad de hacer inventario, más allá del postureo o el aplauso programado y generar actos para restituir la paz social y la mesura a una sociedad en estado de shock, que vive la intimidad del monstruo lo más dignamente que puede, de esta amenaza última y, a la vez, explicación, por tanto, de nuestra idiosincrasia. Desde Nietzsche, el hombre vive toda su vida la fe de que es dios, en un perpetuo culto a su infalibilidad y en el soberbio convencimiento de que puede domeñar a la naturaleza a su antojo: jugar con ella, someterla, violentarla, modificarla, trastornar sus ciclos milenarios… El virus maldito, que a su paso está dejando un reguero de muerte y desolación, está desarrollando la respuesta de una cultura humanista, a la vez que los clarines del miedo proclaman desde el FMI el advenimiento de una recesión tan o más devastadora que la de 2008. La bestia invisible nos habita ya en calles y parques, y es como una sucesión de temores ancestrales, resumidos en el miedo a la Muerte. Desde su presencia no advertida, el virus, que evoluciona mutatis mutandis, está escribiendo una página de la historia de España, que hoy toda ella es coronavirus y dentro de un siglo no será sino una página en un libro de historia.

El virus ha delatado el afán ancestral del español de imponer las opiniones.

Mientras la industria farmacéutica elabora contrarreloj una vacuna que acabe con él, su ponzoña va aislando de la cotidianidad a la vida misma, que ve cómo sus antiguas seguridades se desvanecen. Y esa misma brecha en el corazón del estado del bienestar, ha provocado súbitamente que el ciudadano se haga preguntas y que busque la verdad de las cosas. Incluso asistimos a un acalorado debate social que en ocasiones termina en la descalificación más torpe y el exabrupto más primitivo y totalitario. “Desapruebo lo que dice, pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo”, atribuida a Voltaire por su biógrafa Evelyn Beatrice Hall, se refiere a un pasaje de Cuestiones sobre la Enciclopedia, en la que el pensador galo aseguraba que nunca aprobó los errores ni las triviales verdades de Helvecio, pero cuenta cómo “tomé parte decidida por él cuando hombres absurdos lo condenaron por esas mismas verdades”. Se nos ha escapado estos días una España condenatoria y de verdades absolutas, propias del dogma de fe, que alimenta los ánimos y los enciende. Michel Foucault escribió que el discurso antirrepresivo es tan enfático como el represivo. Mientras, ni siquiera otros españoles pueden despedirse de sus muertos, en esta ceremonia del recuento a cada instante de enfermos y fallecidos en que hemos convertido la opinión pública. El virus ha delatado el afán ancestral del español de imponer las opiniones: pero detrás de este mal cercano/lejano se agazapa el fantasma de lo extraño, el miedo de la tribu al desconocido que ha venido a devastar su tradicional forma de vida. La pandemia tiene una connotación imaginativa y evocadora –Geoffrey Chaucer, Daniel Defoe, Albert Camus, Michael Crichton…– muy superior a su connotación de frío dato, mera estadística o tópica y consuetudinaria respuesta de cualquier gobierno. Su fuerza delirante e imparable ha tumbado toda vanidad, pero ha acentuado nuestras diferencias.

Hemos sido rehenes de nuestra autosuficiencia demasiado tiempo: el virus supone la galvanización de una cultura, de una forma de reaccionar frente a la catástrofe, entre el caos y la contención, materializada en hospitales abarrotados de vivos y muertos. Nos parece aún lejano, pero el paisaje después de la batalla llegará cara al verano, cuando empecemos a frecuentarnos y a mirarnos a los ojos, sin interfaces ni máscaras. Cuando enterremos y lloremos a nuestros santos difuntos. Habremos aprendido que la existencia no es sino un coleccionismo sentimental de gentes y momentos, como lo creía aquel escritor de guías de viaje creado por Anne Tyler en El turista accidental. Los muertos, nuestros muertos, seguirán entre nosotros obligándonos a replantearnos muchas cosas que no teníamos definidas o que habíamos olvidado, como nuestro esencial desvalimiento. El superhombre era un hombre enfermo. Nos encargaremos entre todos de fabricarnos, otra vez, unos momentos mágicos en los que coagule mejor lo que nos hace humanos: el diálogo, el respeto, el entendimiento, la libertad, la empatía, el apoyo mutuo y el sentimiento de esperanza. Lo vamos a necesitar. Y será ya dentro de muy poco. Afortunadamente. Porque contra la pandemia de la intolerancia, se impondrá, al fin, la vacuna de la solidaridad.

Cómo hacer pan sin levadura fresca

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La levadura se ha convertido en un objeto de deseo. Es casi imposible encontrarla en un supermercado y las ventas de levadura fresca han aumentado un 200% desde que se decretó el estado de alarma. La deshidratada también ha desaparecido de los estantes y la única que resiste a duras penas es la levadura química, como la clásica Royal. 

En principio este tipo es el más indicado para bizcochos u otro tipo de postres, pero no para pan, masas de pizza o de empanada. Pero que no cunda el pánico, con esta receta del canal de YouTube Cocinando con Mimo el asunto está solucionado y te enseñamos a hacer pan sin levadura fresca. 

Para conseguirlo solo necesitas cinco ingredientes:

- 350 gramos de harina común

- 280 mililitros de agua 

- 1 cucharadita de sal

- 1 sobre de levadura química (tipo Royal)

- Un poco de mantequilla para untar el molde

Y estos son los pasos que tienes que seguir para hacerlo. ¡Apunta!

1. Verter la harina en un recipiente

2. Añadir la levadura química 

3. Añadir una cucharadita de sal y mezclar

4. Añadir el agua y mezclar hasta conseguir una masa homogénea 

5. Engrasar un molde con mantequilla y un poco de harina y añadir la mezcla 

6. Hornear durante 20 o 30 minutos a 220 grados

El PP exige a Sánchez que reduzca el número de ministros y destine el ahorro a la lucha contra el virus

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El Grupo Parlamentario Popular ha presentado una Proposición no de Ley en el Congreso para racionalizar la Administración del Estado en la que reclama a Pedro Sánchez que adelgace su Consejo de Ministros reduciendo ministerios y asesores, y que destine el ahorro presupuestario generado a programas vinculados a la lucha contra el Coronavirus.

Concretamente, plantea que Sánchez que reduzca el número de Vicepresidencias y unifique los Ministerios cuyas competencias fueron artificialmente repartidas sin excesivo sentido por su acuerdo de gobierno con Podemos (caso de Trabajo y Seguridad Social, Sanidad y Consumo, Educación, Ciencia y Universidades).

Además, y mientras dure la crisis, insta al Ejecutivo a que suprima todos los puestos de trabajo del personal eventual no funcionario que presta su actividad al servicio de los vicepresidentes, de los ministros y de los secretarios de Estado. En el caso de asesores eventuales no funcionarios que trabajen en el Gabinete del presidente del Gobierno la reducción planteada es del 50%. Finalmente, la Proposición subraya que los recursos presupuestarios librados como consecuencia de la reducción planteada deberían ser destinados a gastos vinculados a la lucha contra la pandemia COVID-19.

“El panorama que dejó Zapatero fue desolador”

En la exposición de motivos de dicha iniciativa se recuerda que “cuando el PP ganó las elecciones de 2011, el panorama que se encontró tras la segunda legislatura de Zapatero fue desolador: se habían cerrado 222.000 pequeñas y medianas empresas, 250.000 autónomos perdieron sus negocios, más de 3,5 millones de españoles perdieron su empleo y había una deuda comercial (facturas sin pagar) por valor de 82.000 millones de euros, de las cuales 16.000 millones correspondían a deudas con proveedores del sistema sanitario y 24.434 millones a deudas con Corporaciones Locales”.

Además, añade que “la necesidad de racionalizar los recursos públicos comenzó por el propio Gobierno”. “Mariano Rajoy redujo las Vicepresidencias de 2 a 1, el número de Ministerios de 15 a 13, limitó el número de asesores por ministro y secretario de Estado, y exigió que éstos se cubrieran mayoritariamente por funcionarios”, remarca.

Estructura del Gobierno inflada

Según señala la iniciativa, “en junio de 2018 la España que heredó Sánchez poco tenía que ver con aquella de 2011. En ese período se habían creado 138.000 pequeñas y medianas empresas, 190.000 autónomos habían emprendido nuevos negocios, se crearon casi 1,7 millones de empleos, se pagaron todas las facturas que habían dejado pendientes y se redujo el déficit público desde el 9,6% en 2011 al 3,1% en 2017, más de 65.000 millones de euros sin afectar al Estado del Bienestar (de hecho, el gasto social sin prestaciones aumentó en 26.000 millones en ese mismo período)”.

Quizá animado por esa bonanza, indica dicha Proposición, “el primer Gobierno de Sánchez aumentó su estructura, pasando de 13 Ministerios a 16, manteniendo una Vicepresidencia”. “Mucho más escandaloso fue el aumento del gasto del Gobierno en la legislatura actual, sobre todo porque ya había claros indicios de desaceleración económica: se había revisado 3 veces a la baja el crecimiento económico en los últimos 6 meses, había aumentado el déficit público por primera vez desde la crisis, la matriculación de automóviles cayó un -6,8% los dos primeros meses del año y se destruyeron 244.000 empleos en el peor enero en una década”, recalca el GPP.

A pesar de ello, “el Gobierno pasó de una Vicepresidencia a 4, y de 16 ministros a 18, con todo lo que ello supone de estructura: 30 Secretarios de Estado, 50 Subsecretarios, 54 Directores de Gabinete, 135 Directores Generales, 21 Secretarios Generales Técnicos y cerca de 250 Asesores (casi un 40% más que con el último gobierno de Rajoy)”.

Los populares destacan que “los primeros datos económicos conocidos tras decretarse el estado de alarma son demoledores y auguran una recesión económica mucho más profunda que la vivida en 2009: al desplome del -70% de la matriculación de automóviles, le siguió el dato de destrucción de casi 900.000 empleos desde la declaración del estado de alarma”. “A lo que hay que añadir que, a 6 de abril, hay solicitados 474.000 ERTEs que afectan a 2,7 millones de trabajadores”, subraya.

La música amansa el confinamiento

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Un hombre toca la trompeta desde su balcón. 

Por Salvador Martínez Pérez, profesor de Anatomía y Embriología Humana. Director del Instituto Neurociencias (UMH-CSIC), Universidad Miguel Hernández:

 

Mirando a través de las ventanas, hay que reconocer que todos nos encontramos cada día un poco más perdidos por la falta de libertad y de interacción social. La información minuto a minuto sobre la epidemia del coronavirus, repetida en cada emisora de radio, medio online y canal de televisión, no ayudan mucho. Incluso parecen hacer más lento el paso del tiempo.

Nos ayudan bastante a sobrellevarlo las propuestas de conciertos y festivales que generosamente proponen los artistas a través de las redes sociales. Ellos nos sincronizan con su música en directo, y nos alejan un rato de las ruedas de prensa y tertulias infinitas.

Además, cada día, a las 20:00 en punto, un ritual tribal llena el espacio de aplausos. Es la manifestación diaria de que somos sociedad y aún capaces de hacer algo juntos, un respiro para el instinto social. Entre esos aplausos suenan canciones llenas de mensaje y emoción, como acompañamiento musical de la danza de las manos y de los deseos. Después, el rito y toda esa “música” cesa y volvemos al confinamiento.

La neurociencia respalda la idea de que, en el confinamiento, la música es un buen aliado. Por las razones que se exponen a continuación.

Dopamina y placer

¿Por qué la música nos resulta tan gratificante? En primer lugar, por su estructura. Las características de cada uno de los elementos que componen una obra musical han sido fruto de la evolución biológica y, por lo tanto, seleccionados entre otros muchos sonidos accesibles en el ambiente. Los sonidos sin información selectiva quedaron categorizados como “ruidos”. En cambio, nos quedamos con los sonidos que transmitían información. Esto es, la música y el lenguaje.

Todo apunta a que el cerebro ha primado los sonidos que se asocian a conductas adaptativas. Un claro ejemplo son las llamadas animales al apareamiento, con composiciones a veces muy complejas formadas por repeticiones ordenadas en forma de melodías. Estos sonidos ancestrales se fueron incorporando al desarrollo de las áreas cerebrales encargadas de procesar e interpretar estímulos sonoros, que han permitido al ser humano generar las complejas estructuras del lenguaje y la música. Fonaciones que se reforzaron asociándolas a la activación de circuitos implicados en sensaciones placenteras.

A nivel químico todo eso se traduce en un incremento de la dopamina (neurotransmisor de la recompensa) en los centros cerebrales del placer, similar al que provocan la mayoría de las sustancias adictivas, la comida o el sexo. Valorie Salimpoor y Robert Zatorre, del Instituto Neurológico de Montreal (Canadá), han demostrado con imagen funcional del cerebro que escuchar música activa los centros de recompensa del cerebro anterior, sobre todo el núcleo acumbens (NAc). Incluso antes de que empiece a sonar.

De hecho, una buena canción nos pone los vellos de punta, puede hacernos sentir escalofríos, acelera el corazón y provoca otros cambios fisiológicos propios de la excitación emocional. Dice Zatorre que la suya es la primera investigación que demuestra que una recompensa abstracta como la música provoca la liberación masiva de dopamina. Un neurotransmisor que, dicho sea de paso, juega un papel fundamental a la hora de establecer y perpetuar comportamientos que son biológicamente necesarios.

En suma, si cuando suena la música se ponen en marcha los circuitos cerebrales que van asociados al placer, aumenta el bienestar y crece la la confianza psicológica, obtenemos una felicidad momentánea muy valiosa en la actual situación de confinamiento.

Válvula de escape y control del estrés

El instinto social está muy presente en la especie humana. No en vano nuestro calendario viene marcado por fiestas con rituales multitudinarios en los que la música forma parte esencial (bandas de música, repicar de tambores, etc). La situación de confinamiento nos genera mucho estrés por no poder desarrollar ese instinto de forma plena y, sobretodo, por la incertidumbre de cuándo podremos volver a “la normalidad”.

El estrés es un mecanismo de defensa que nos prepara para afrontar una amenaza, hipotética o real. De regularlo se ocupan el hipotálamo (en el cerebro), la hipófisis (en la base del cráneo) y la glándula suprarenal (sobre los riñones). Ante un peligro, la amígdala cerebral y la corteza prefrontal ponen sobre aviso al hipotalamo para que se ponga a la defensiva.

Eso implica activar el tono simpático de alerta (incremento de la frecuencia cardiaca y respiratoria, y del tono muscular), pero también los procesos metabólicos destinados a producir energía, que es de lo que se encarga el cortisol, la hormona del estrés, secretada por las suprarrenales, que mantiene esta alerta fisiológica todo el tiempo que sea preciso. Si se perpetúa demasiado tiempo y/o no es proporcional a la amenaza, el estrés se convierte en un problema de salud en sí mismo.

Pues bien, volviendo a la música, se ha demostrado que a ritmo lento tiene la capacidad de reducir todos los parámetros asociados al estrés, sobretodo cuando los sujetos analizados son los que escogen las melodías que escuchan. Esto puede ser debido a que la música relajante contiene tonos que evolutivamente han sido asociados a ruidos producidos en circunstancias relajantes, mientras que las músicas trepidantes o épicas se asocian a problemas o amenazas.

Por si fuera poco, al escuchar una melodía se generan estados emocionales que reemplazan temporalmente a los sentimientos provocados por el momento presente. Y eso convierte a la música en una excelente válvula de escape del presente incierto y frustrante.

La percepción cambia

Otra propiedad asombrosa de la música es que tiene la capacidad de cambiar cómo percibimos el mundo que nos rodea. De demostrarlo se encargaron hace unos años Jacob Jolij y sus colegas de la Universidad de Groningen (Holanda). Según pudieron averiguar, una canción alegre tiene un efecto tan potente sobre la sesera que nos hace “ver” caras sonrientes donde no las hay. Y lo mismo se puede decir de las canciones tristes.

En otras palabras, escuchar música no solo cambia lo que sentimos, sino también lo que vemos. Las notas musicales tiñen de colores el cristal con que se mira.

Anticipando ritmos

El cuarto factor que hace que la música “nos mueva por dentro” es, precisamente, que la música evoca movimiento. Al escucharla se activa el sistema motor que reconoce los ritmos y se siente impulsado a realizarlos, es libre para moverse. Entonces, en cierto modo, salimos del confinamiento.

El cerebro es una máquina que funciona generando ritmos de actividad cerebral en sus neuronas y circuitos. Quizás por eso también busca la estructura rítmica en el entorno, los patrones de las cosas. Cuando los identifica obtiene una sensación muy placentera. Se debe a que, al reconocerlos, puede hacer predicciones de las canciones y emocionarse cuando “acierta” en sus vaticinios o sorprenderse cuando lo que suena resuelta inesperado.

A estas alturas, no cabe duda de que la música es un dopaje de lo más recomendable para el cerebro y para amansar los males del confinamiento.

 

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