La tregua en Kiev no ha durado ni 12 horas. Los manifestantes antigubernamentales han logrado hacerse de nuevo con el control de parte de la plaza de la Indepencia, el epicentro de las protestas, tras cargar contra la policía entre disparos y humo.
Las informaciones son confusas, pero todo apunta a que los nuevos choques han dejado un reguero de decenas de muertos.
El ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radoslaw Sikorki, ha asegurado que hay humo negro, detonaciones y disparos de bala junto al palacio presidencial, y que las autoridades ucranianas están nerviosas por la situación actual. Los ministros de Exteriores de Polonia, Francia y Alemania se han reunido esta mañana con el presidente Yanukovich para presionar por un cese del conflicto.
La policía ha lanzado a primera hora de la mañana granadas aturdidoras contra los manifestantes, que han respondido con fuegos artificiales y otros artefactos y proyectiles. Centenares de opositores han hecho retroceder a las fuerzas antidisturbios que rodeaban la plaza.
Los policías, cargando a numerosos compañeros heridos, se han replegado hacia las calles aledañas, mientras que los manifestantes, pertrechados con cascos, escudos, palos y cócteles molotov, se han hecho con el control de la plaza junto a la sede del Gobierno.
El nuevo estallido de violencia se ha producido poco después de que el Ministerio del Interior denunciara que un francotirador apostado en los altos de un edificio situado junto a la plaza había herido a más de veinte efectivos de las fuerzas de seguridad.
Los muertos de este jueves se suman a los 28 de las dos pasadas jornadas, los días más sangrientos desde que comenzaron las protestas el pasado noviembre.
Las informaciones son confusas, pero todo apunta a que los nuevos choques han dejado un reguero de decenas de muertos.
El ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radoslaw Sikorki, ha asegurado que hay humo negro, detonaciones y disparos de bala junto al palacio presidencial, y que las autoridades ucranianas están nerviosas por la situación actual. Los ministros de Exteriores de Polonia, Francia y Alemania se han reunido esta mañana con el presidente Yanukovich para presionar por un cese del conflicto.
La policía ha lanzado a primera hora de la mañana granadas aturdidoras contra los manifestantes, que han respondido con fuegos artificiales y otros artefactos y proyectiles. Centenares de opositores han hecho retroceder a las fuerzas antidisturbios que rodeaban la plaza.
Los policías, cargando a numerosos compañeros heridos, se han replegado hacia las calles aledañas, mientras que los manifestantes, pertrechados con cascos, escudos, palos y cócteles molotov, se han hecho con el control de la plaza junto a la sede del Gobierno.
El nuevo estallido de violencia se ha producido poco después de que el Ministerio del Interior denunciara que un francotirador apostado en los altos de un edificio situado junto a la plaza había herido a más de veinte efectivos de las fuerzas de seguridad.
Los muertos de este jueves se suman a los 28 de las dos pasadas jornadas, los días más sangrientos desde que comenzaron las protestas el pasado noviembre.
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