En las tres canchas de pádel cubiertas del polideportivo de Tarifa (Cádiz), 479 personas siguen hacinadas desde el pasado martes sin que nadie —ni la policía, ni la Guardia Civil, ni mucho menos Cruz Roja— sepa cuánto tiempo más van a estar allí. Faltan champú, gel y toallas. Ayer estaba previsto que llegasen tres cabinas con váteres y duchas. Algunos vecinos siguen acercándose con botes de comida. Y en los bares de la calle del pabellón los microondas han calentado decenas de biberones para alimentar a los bebés.
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