
Juicios y demandas, recursos y apelaciones, indemnizaciones y costas han protagonizado la relación entre Rocío Carrasco y Antonio David Flores desde que decidieron se separaron siendo padres de dos niños.
Los procedimientos aún por resolver han sido el principal argumento del penúltimo de los episodios, el 11, de la docuserie, Rocío, contar la verdad para seguir viva, que lleva por título Dejándonos la piel.
Como ya se había anunciado, Rocío Carrasco ha intervenido al inicio del programa para aclarar cuestiones relacionadas con la demanda que Antonio David Flores interpuso por impago de la pensión de su hijo desde 2018 —200 euros mensuales que suponen unos 8.000 euros— y que llevarán a David Flores a declarar el próximo viernes ante la juez. Ese día se ofrecerá al joven la posibilidad de tomar acciones legales contra su madre.
“El ser ha vuelto a hacer otra vez lo que intentó hacer con Rocío: me ha presentado una querella en nombre de David pero, como él tiene 18 años, el que tiene que presentar la querella es él, no el padre”, ha asegurado Carrasco. También ha contado durante su intervención que hace dos horas se han enterado de que la jueza ha sacado una providencia que detalla que, de testificar, David Flores lo haría desde los juzgados de Málaga. Rocío asegura que esa providencia se recurrirá, así que esa declaración podría quedar en el aire.

Cuando Rocío Carrasco fue llamada a declarar por esta causa, se acogió a su derecho de no hacerlo, pues cree que hay un defecto de forma en esa demanda. Ante la insistencia de Carlota Corredera, presentadora del programa, de si es verdad que no ha pagado esa pensión, Rocío ha querido mantener su silencio: “No lo hice en los juzgados, no lo voy a hacer aquí”.
Respecto a cómo vive como madre el que su hijo sea citado a declarar contra ella ha respondido con contundencia. “Lo vivo con desesperanza”, ha asegurado, porque “ha pasado otra vez”. Aunque también ha afirmado que, a pesar de todo, “no pierdo la esperanza de volver a ver a mi hijo”.
La denuncia por violencia de género que no era tal
La famosa denuncia por malos tratos, de la que toda la prensa del corazón y toda tertulia televisiva, ha dado buena cuenta desde hace unos años, no era tal en sus inicios, según ha relatado la protagonista, . El 23 de diciembre de 2016, Rocío Carrasco interpuso en los juzgados de la Plaza de Castilla una denuncia a su exmarido por lesiones psicológicas “Todo lo vivido y contenido en mí ha tenido una repercusión hasta el punto de lesionarse psicológicamente”, explicaba Carrasco.
Los Juzgados de Instrucción se inhibieron en la denuncia argumentando que esa demanda pertenecía a los Juzgados de Violencia sobre la Mujer de Alcobendas, porque esa persona ha estado casada conmigo. “Yo no lo denuncio por violencia de género, es el juzgado el que envía mi denuncia a los juzgados de Violencia de Género”, ha confirmado la hija de La más grande.
Así fue cómo se abrió ese famoso procedimiento que enseguida se intentó notificar al acusado. Notificaciones, que según ha afirmado Carrasco, Flores nunca recogió y que le tuvo que ser comunicado aprovechando sus asistencia a los juzgados para declarar en un procedimiento de insolvencia punible y alzamiento de bienes que aún tiene abierto.
En la denuncia interpuesta por Rocío Flores al padre de sus hijos, ella presenta numerosos informes psiquiátricos y un peritaje oficial privado. Además, pide al juzgado que la unidad de valoración de violencia de género emita un veredicto sobre su estado. “Esa prueba la pido yo, y esa prueba la debería de haber pedido él”, apunta asombrada.
El juzgado accedió a esa petición y días después, las imágenes de Rocío Carrasco, entrando en los juzgados para someterse a la citada valoración fueron comentadas en todos los platós y revistas. La protagonista fue acusada de mostrarse en exceso abatida, demacrada y desmejorada para acentuar su estado.
“Doña Rocío Carrasco Mohedano presenta un conjunto de síntomas ansioso depresivos de intensidad MODERADA-GRAVE, que interfieren en su situación personal y social, que puede conectarse clínicamente con la grave situación que presenta”, se recoge en el informe. Que también añade: ”(...) Se hace recomendable el establecimiento de medidas de protección que limite la exposición mediática de las cuestiones intrafamiliares”.
La jueza ve indicios de criminalidad y dicta un auto para que se celebre un juicio sobre este procedimiento. En el programa se han escuchado a Carrasco declarar en sala, completamente abatida, diciéndole al juez: ”No me deja vivir. No consiente que viva. Ha hecho que mis hijos me odien, me ha privado del amor, el cariño, el respeto y la confianza de mis hijos”.
El auto es recurrido por la otra parte, por Antonio David Flores, y en marzo de 2019, la Audiencia Provincial determina sobreseer el caso de forma provisional. Es decir, suspensión del procedimiento hasta que haya nuevas pruebas.
La noticia es recibida con gran alegría por parte del entorno familiar de la propia Rocío; su hermana Gloria Camila, su tío José Antonio, Ortega Cano y su hija, Rocío Flores, admiten ante los medios la felicidad con la que recibieron la noticia.
Rocío Carrasco recurrió esta decisión al Tribunal Supremo, que no cambió la conclusión aunque advirtió de que podía ser reabierto en cualquier momento. La protagonista lo intentó en una de las etapas más dolorosas para ella, que incluso la empujaron al sucidio. Tampoco se consiguió.